sábado, 16 de agosto de 2014
"Eres, un amor destinado a no ser! A pesar de que aún nos amamos, sabemos que esto tendrá que terminar, tarde o temprano, entre risas o llantos. Ambos sospechamos lo que callamos, intuimos qué nos depara el destino solo que desconocemos cuándo, cómo o dónde será, ó, más bien cuándo, cómo o dónde dejará de ser lo que esto es. Por ahora sonreímos, nos acariciamos, nos besamos, nos amamos... con pasión, devoción, locura, y sobretodo con mucho, pero mucho amor. Somos, una pareja destinada a no ser...todo eso que sospechamos lo ocultamos, ¡no queremos saber! ¡tenemos miedo a perder! a perdernos. No podemos soportar la idea de que esto terminará, tarde o temprano, ya sea como amigos o enemigos, sellado con un beso o con escupitajos. Tengo miedo de perder, tengo miedo a dejar de ser lo que soy cuando estoy contigo, cuando somos...suena más hermoso decir <somos> pero pronto -no sé bien cuando- tendré que decir éramos; pasado, lejano. Eres mi amor destinado a no ser, estamos destinados a dejar de ser lo que somos, lo que fuimos para ser otros, distintos, a ser por separado. Sólo es cosa de tiempo, tarde o temprano llegará el momento, sólo espero que sea en el crepúsculo de nuestras vidas, sólo unos segundos antes de mi muerte –o de tu muerte–. Sólo deseo que la vida y la muerte se alíen y nos separen cuando uno de los dos deba dejar de caminar sobre suelo para pasar a vivir eternamente debajo de él. Sólo espero que dejemos de ser cuando se revele nuestro destino y espero y confío, sueño y rezo, con que ese día tenga que ser cuando deje de correr sangre por mis venas y mis párpados se cierren para siempre; cuando ya no te pueda besar ni amar, cuando no pueda mirarte nunca, nunca jamás.” — Sinfonías perdidas. William Osorio Nicolas
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