TODO HIJO ES PADRE DE LA MUERTE DE SU PADRE "Hay una ruptura en la historia de la familia, donde las edades se acumulan y se superponen y el orden natural no tiene sentido: es cuando el hijo se convierte en el padre de su padre. Es cuando el padre se hace mayor y comienza a trotar como si estuviera dentro de la niebla. Lento, lento, impreciso. Es cuando uno de los padres que te tomó con fuerza de la mano cuando eras pequeño ya no quiere estar solo. Es cuando el padre, una vez firme e insuperable, se debilita y toma aliento dos veces antes de levantarse de su lugar. Es cuando el padre, que en otro tiempo había mandado y ordenado, hoy solo suspira, solo gime, y busca dónde está la puerta y la ventana - todo corredor ahora está lejos. Es cuando uno de los padres antes dispuesto y trabajador fracasa en ponerse su propia ropa y no recuerda sus medicamentos. Y nosotros, como hijos, no haremos otra cosa sino aceptar que somos responsables de esa vida. Aquella vida que nos engendró depende de nuestra vida para morir en paz. Todo hijo es el padre de la muerte de su padre. Tal vez la vejez del padre y de la madre es curiosamente el último embarazo. Nuestra última enseñanza. Una oportunidad para devolver los cuidados y el amor que nos han dado por décadas. Y así como adaptamos nuestra casa para cuidar de nuestros bebés, bloqueando tomas de luz y poniendo corralitos, ahora vamos a cambiar la distribución de los muebles para nuestros padres. La primera transformación ocurre en el cuarto de baño. Seremos los padres de nuestros padres los que ahora pondremos una barra en la regadera . La barra es emblemática. La barra es simbólica. La barra es inaugurar el “destemplamiento de las aguas”. Porque la ducha, simple y refrescante, ahora es una tempestad para los viejos pies de nuestros protectores. No podemos dejarlos ningún momento. La casa de quien cuida de sus padres tendrá abrazaderas por las paredes. Y nuestros brazos se extenderán en forma de barandillas . Envejecer es caminar sosteniéndose de los objetos, envejecer es incluso subir escaleras sin escalones. Seremos extraños en nuestra propia casa. Observaremos cada detalle con miedo y desconocimiento, con duda y preocupación. Seremos arquitectos, diseñadores, ingenieros frustrados. ¿Cómo no previmos que nuestros padres se enfermarían y necesitarían de nosotros? Nos lamentaremos de los sofás, las estatuas y la escalera de caracol. Lamentaremos todos los obstáculos y la alfombra. Feliz el hijo que es el padre de su padre antes de su muerte, y pobre del hijo que aparece sólo en el funeral y no se despide un poco cada día . Mi amigo Joseph Klein acompañó a su padre hasta sus últimos minutos. En el hospital , la enfermera hacía la maniobra para moverlo de la cama a la camilla, tratando de cambiar las sábanas cuando Joe gritó desde su asiento: - Deja que te ayude . Reunió fuerzas y tomó por primera vez a su padre en su regazo. Colocó la cara de su padre contra su pecho. Acomodó en sus hombros a su padre consumido por el cáncer: pequeño, arrugado, frágil , tembloroso. Se quedó abrazándolo por un buen tiempo, el tiempo equivalente a su infancia, el tiempo equivalente a su adolescencia, un buen tiempo, un tiempo interminable. Meciendo a su padre de un lado al otro. Acariciando a su padre. Calmado el su padre. Y decía en voz baja : - Estoy aquí, estoy aquí, papá! Lo que un padre quiere oír al final de su vida es que su hijo está ahí".—con Krissia Jael y 4

Princesa, sonríe.No agaches tu mirada. Limpia tus lagrimas. Sal debajo de esas cobijas amarradas a ti. Ponte el vestido mas hermoso que tengas. La ropa que tanto te gusta. No mires hacia abajo. Enciende el reproductor, sube el volumen a la música. Empieza a bailar, levanta tus manos al cielo, mira al techo, da vueltas, las que quieras, infinitas vueltas, que no acaben nunca. Y cuando caigas, ríe. Ríe tanto como nunca lo lograste, ríe de todo lo malo, ríe del pasado, ríe de la gente, ríe de ella, de el, ríe de esos pensamientos que tanto te destruyen. No mires hacia abajo. Levántate, con fuerza, pero no borres esa sonrisa. Ve tu reloj, sabes que falta mucho para que acabe el día. Piensa. Piensa en lo que siempre te gusto pero nunca lo intentaste, por medio, por dolor, por soledad. Baja las escaleras, abre la puerta de tu casa, y sal, corre, corre sin pensar en los que te rodean, ellos no importan, ellos nunca van a importar, sigue corriendo, pero no dejes de sonreír. Detente un segundo. Y admira. Ahí esta. El mar. ¡No te detengas! Corre hacia las olas, juega con ellas, disfruta, porque tal vez es lo que siempre deseaste, ser libre por un momento, ser feliz. Ríe. Esas personas que están cerca de ti ¡No existen! Ellos no pueden controlar lo que sientes, ya no lo harán. Olvida los errores, olvídalos a ellos por favor. Sigue sin mirar hacia abajo. Y corre. Come lo que nunca pudiste por miedo a ellos. Tu físico no importa. Ve a todas a esas chicas plásticas cerca de ti y solo sonríe. Por qué sabes que eres mucho más hermosa que ellas. Corre, ve a tu parque preferido, disfruta, en los carros chocones, ríe como nunca, te fijas en un chico lindo a quien chocaste, y sólo ríes. El solo dice "tu sonrisa es hermosa". Ningún chico te había sonreído, porque nunca demostraste lo bonita que podía ser tu sonrisa. Comes algodón de azúcar. Y en la montaña rusa te sientas junto a ese chico. Los dos impresionados, sólo se dedicaron miradas, empezó a avanzar la montaña, estas emocionada y gritas. Gritas como nunca lo hiciste, te sujetas fuerte, y el chico sostiene tu mano, lo miras y viste la belleza misma ante tus ojos. Bajaron los dos, mirándose por un minuto y allí le dices "muchas gracias". Corre, ya se hace de noche. Ves los mas hermosos fuegos artificiales, los disfrutas. Llegaste a tu casa, abre lentamente la manilla, ahí esta tu mama, mírala, abrázala, pídele disculpas, por los gritos, por haberla ignorado, y le das un enorme beso. Corre luego a tu habitación, suspira. Retira tus zapatos, baja volumen a la música. Y mira hacia tu ventana y di "Gracias Dios". Vuelve a tu cama, retira esas cobijas. Recuerdas haber dejado tu móvil encima de ellas, lo enciendes y sonríes, ahí estaba ese mensajes que decía "Princesa, sonríe". Duermes cómo un ángel y a partir de ese momento, decides empezar a vivir. Me gusta·Comentar·Compartir

Te libero de mi loco afán de protegerte y defenderte ante todos, de mis excesivos mimos dulces que te asfixiaban... Te libero de mi tonto interés de saber cada día mas de ti; de los saludos de buenos días de los abrazos vespertinos y de los besos de buenas noches... de mis oraciones bendiciéndote y de mis sueños abrazada y aferrada a ti. Te libero... de mi absurda manía de tocarte, de decirte te amo en cada instante tanto... que desgaste la frase. Te dejo libre de mi costumbre de preguntar ¿cómo estas? ¿qué te hace falta? ¿qué necesitas? libre de mis inseguridades que me hacían complacerte, libre de mis miedos y de mis pequeñas dudas que te hacían rabiar... Estás libre por fin... de mis bromas tontas, de mi risa escandalosamente sonora a todas horas; libre de mi mirada que absorta te contemplaba. Te libero de mis silencios... esos,cuando tus pupilas se clavaban en mi y me dejabas sin palabras... libre de mis lágrimas infantiles cuando tu indiferencia me hería y de mis palabras "rebuscadas" para hablar de nuestras fallas... Te dejo libre de mi... de mis ratos de mal humor, de mi simpleza, de mis días grises de melancolía... libre al fin, de mi gran amor por ti. Te libero... porque al liberarte a ti me libero también yo de la dolorosa necesidad de necesitarte, de esta locura de ignorar a la razón, de este inmenso cariño que me tenía voluntariamente presa a ti... con mis alas amarradas a tus pies.

miércoles, 25 de junio de 2014

''VALE LA PENA LEERLO'' SABIDURÍA DE LA VIEJA... "Mira, mija, pa´que dejes de andar quejándote, te voy a dar unas cuantas sugerencias pa' que vivas bien, y no nomás sobrevivas... ¡Mírame a mí, estoy en la flor de la vida y me sigo riendo ! 1.- Agradece por todo No te quejes, dale gracias a Dios que estás, que sigues, y que vives, nomás piensa que a otra bola de gente ya se la llevó...¡la vida! 2.- Cuando puedas comer... come, cuando puedas dormir... duerme, cuando puedas disfrutar... disfruta, cuando puedas trabajar ....trabaja, cuando puedas cojer ..... coje mija y si aún puedes, échate unos traguitos, juega con los hijos, haz el amor o ponte a silbar, a cantar en la ducha, y dá gracias a Dios porque tienes Salud. No te la pases quejando. ¡¡ayyy si hubieraaaa!, ¡¡ayyy les di! ...¡ayyy si tuviera... ¡cuánto sacrificio!, ¡no m'ijita, altas y bajas siempre han habido y siempre habrán! 3.- Si en la noche no puedes dormir, sí estás vuelta y vuelta en la cama, pos' párate y ponte a hacer algo, arregla un cajón, plancha tu blusa pa mañana, ponte a leer, porque si te quedas acostada con los ojos abiertos... ¡vas pensar puras huevadas! Y lo pior es que te paras y las haces... Ya de por sí...... 4.- Los problemas grandotes, esos que son del mundo, y que se oyen en la televisión, que sí se está calentando el planeta, que sí a tal país ya se le llevaron los dineros, que si los narcos..... ¿esos mija?, mándalos a la m........ ¡¡no los vas a arreglar tú! Luego ni les entiendes, ¡no te hagas bolas! Deja que los que pueden, los arreglen. Pero tú... ocúpate de los que se ven más chiquitos, esos que sí están en tus manos. Despabílate, aunque sea a ratos, atiende esos, los demás ¡¡a la p…. madre!! 5.- Si te dan... agarra todo lo que te den. Agárralo, aprovéchalo, así sea un beso o una pendejadita, porque uno vive pensando, que las cosas las genera uno, pero no sabes de qué forma te llegan... ¡así que tú agarra y no te acorbades! 6.- ¡Ahhh! pero eso si.. ¡No agarres lo que no es tuyo¡ ni la bicicleta, ni la bolsa, ni el dinero, ni al marido o amante de otra, lo ajeno respétalo, es de otra, cada quien tiene lo suyo, ¡lo que se gana y lo que se merece! 7.- Lo que hagas hazlo con ganas, con muchas ganas y mucho gusto, y hazlo bien o no lo hagas y déjate de pendejadas, olvídate de las envidias tú ...a lo tuyo porque no sabes cuánto vales... 8.- Cuídate de las cabronas y aléjate de las pendejas, fíjate bien como son ....porque ¡¡hay malvadas!, conócelas y nunca seas como ellas.. Ayuda y escucha a tus amigas, no hables mal de la gente, ní de las cabronas, ni de las pendejas, sé orgullosa, pero no seas arrogante ni prepotente. Sé humilde, no agachada; sé valiente, no imprudente. Cuando ganes, sonríe, cuando pierdas, no armes un escandalo, y si te dá la gana... llora. 9.- Nunca te preocupes por lo que no tienes, por lo que no puedes comprar, cuántas cabronas que tienen todo el dinero del mundo están en la cárcel, enfermas de la cabeza, o guardadas en un hospital, asustadas e inseguras, o tienen un marido pendejo, no son felices, no saben comunicarse, no tienen una familia como la tuya. Tú tienes algo más valioso que es ....tu gente y tu salud. 10.- Manda a la mierda la Muerte que sea ella la que se preocupe por no poderte llevar, y no seas tú la que se preocupe porque ya te va a llevar! ¿Así ?, ¿o más claro? Y, por último, mijita, si la vida te dá limones ... ¡¡ Qué limonada, ni qué mierda!! '' TU PIDE TEQUILA Y SAL''

Lectura para esta noche: Es considerado normal... 1] Cualquier cosa que nos haga olvidar nuestra verdadera identidad y nuestros sueños, y nos haga apenas trabajar para producir y reproducir. 2] Tener reglas para una guerra (Convención de Ginebra). 3] Emplear varios años estudiando en la universidad, y después no conseguir trabajo. 4] Trabajar de nueve de la mañana a cinco de la tarde en algo que no da ninguna satisfacción, con la condición de poder jubilarse después de treinta años. 5] Jubilarse, descubrir que ya no se tiene energía para disfrutar de la vida, y morir pocos años después, de aburrimiento. 6] Usar botox. 7] Procurar tener éxito financiero, en lugar de buscar la felicidad. 8] Ridiculizar al que busca la felicidad en lugar del dinero, calificándolo de “persona sin ambición”. 9] Comprar objetos como coches, casas, ropas y definir la vida en función de estas comparaciones, en lugar de intentar averiguar la verdadera razón de estar vivo. 10] No hablar con extraños. Criticar al vecino. 11] Considerar que los padres siempre tienen la razón. 12] Casarse, tener hijos, y continuar juntos aunque el amor haya terminado, alegando que es por el bien de los niños (como si éstos no presenciaran las constantes peleas). 13] Criticar a todo aquel que intenta ser diferente. 14] Empezar el día con un despertador histérico al lado de la cama. 15] Creer que es verdadero absolutamente todo lo que está impreso. 16] Llevar un pedazo de tela de colores atado al cuello, sin ninguna utilidad conocida, pero que todos conocen con el pomposo nombre de “corbata”. 17] Nunca ser directo en las preguntas, aunque la otra persona entienda lo que se está queriendo saber. 18] Mantener la sonrisa en los labios cuando se tienen unas ganas locas de echarse a llorar. Y sentir piedad por todos los que demuestran sus sentimientos íntimos. 19] Pensar que el arte vale una fortuna, o que no vale absolutamente nada. 20] Despreciar por sistema lo que se consiguió fácilmente, porque, como no se dio el “sacrificio necesario”, no debe de tener las cualidades requeridas. 21] Seguir la moda, incluso cuando parece ridícula e incómoda. 22] Estar convencido de que todo famoso debe tener guardados montones de dinero. 23] Dedicar mucho esfuerzo a la belleza exterior, y preocuparse poco con la belleza interior. 24] Usar todos los medios posibles para mostrar que, aun siendo una persona normal, uno está infinitamente por encima del resto de los seres humanos. 25] A bordo de un transporte público, nunca mirar directamente a los ojos de la gente, pues tal cosa podría entenderse como un intento de seducción. 26] Al entrar al ascensor, mantenerse orientado hacia la puerta de salida, y comportarse como si no hubiera ningún otro ser humano allí dentro, por muy abarrotado que esté el lugar. 27] Jamás reírse a carcajadas en un restaurante, por muy buena que sea la historia. 28] En el hemisferio norte, elegir la ropa que se lleva de acuerdo a la estación del año: brazos desnudos en primavera (por mucho frío que haga) y jersey de lana en otoño (aunque haga mucho calor). 29] En el hemisferio sur, llenar el árbol de navidad de algodón, aunque el invierno no tenga nada que ver con el nacimiento de Cristo. 30] Cuando alguien llega a mayor, creerse dueño de toda la sabiduría del mundo, aunque muchas veces no se haya vivido lo suficiente para reconocer lo correcto. 31] Ir a una feria de beneficencia y pensar que con eso ya se ha hecho bastante para acabar con las desigualdades sociales del mundo. 32] Comer tres veces al día, aunque no se tenga hambre. 33] Creer que los otros siempre nos superan en todo: son más atractivos, más competentes, más ricos, más inteligentes, etc. Es muy arriesgado aventurarse más allá de las propias limitaciones: lo más conveniente es no hacer nada. 34] Hacer del coche un medio para sentirse poderoso, y capaz de dominar el mundo. 35] Soltar improperios en el tráfico. 36] Pensar que todo lo malo que hace el hijo de uno es por culpa de las malas compañías. 37] Casarse con la primera persona que dispone de cierto estatus social. El amor puede esperar. 38] Repetir continuamente “Yo al menos lo intenté”, aunque en realidad no se haya intentado absolutamente nada. 39] Postergar las experiencias más interesantes de la vida para cuando ya no quedan fuerzas para llevarlas a cabo. 40] Huir de la depresión con fuertes dosis diarias de televisión. 41] Pensar que todo lo conquistado se puede dar por seguro para siempre. 42] Creer que a las mujeres no les gusta el fútbol, y que a los hombres no les gusta la decoración. 43] Echarle al gobierno la culpa de todo. 44] Estar convencido de que ser una persona buena, decente, educada, conlleva que los demás la consideren débil, vulnerable y fácilmente manipulable. 45] Estar igualmente convencido de que la agresividad y la descortesía en el trato con los otros equivale a tener una personalidad poderosa. 46] Tener miedo de la fibroscopia (los hombres) y del parto (las mujeres). 47] Por último, creer que la religión de uno, además de la única dueña de la verdad absoluta, es la más importante, la mejor, y que todos los seres humanos de este inmenso planeta que crean en cualquier otra manifestación de Dios están condenados al fuego del infierno.

martes, 24 de junio de 2014

Síndrome Literario Habrán momentos los cuales dejaré de ser yo mismo, momentos en que no seré igual, seré otro yo, otro ser, uno que no es capaz de ser el mismo que fue ayer, uno indiferente, con una visión lejos de la comprensión. Habrán momentos en que no importará nada, momentos desinteresados, apagados, aburridos, momentos poco abrumadores, con resonancia aguda que me haga escuchar lo que habla el silencio de un sin su vos, silencio que se haga preguntas sin sabor: ¿Ves lo que yo veo? ¿Oyes lo que oigo? ¿Sientes lo que yo siento? Habrán momentos en que oleré su esencia, su a floración, el incienso consumido por los pulmones en días anteriores al de hoy, habrán momentos en que sólo seré yo y mi pensar, siempre yo y mi oscuro pensar, seré silencio, y otra vez seré pregunta, ¿Ves lo que yo veo? ¿Oyes lo que oigo? ¿Sientes lo que siento? creo que al final no somos igual, no somos dos gotas de agua, Habrán momento en que seré todo lo que esperabas, y momentos en que desconozcas mi verdadero proceder, ahora hay visiones que me desterrarán a mí mismo de lo que soy y me vuelven distinto, poco comprendido, abrumado, un hombre no soñador. Mi tono debiera adecuarse a la falta de sensibilidad, a la des costumbre, a la poca afección en momentos como este, mi espíritu no siempre seguirá un rastro nauseabundo, yo siempre seré pecaminoso, inestable en momentos en que la nada llena todo con vació. Habrán momentos en que mis palabras destruirán la esperanza y seré siempre yo, siempre solamente yo.! Tendré mi estadía en el espacio, una mirada desde los cielos, una nada entre mis manos y un sin sabor de tus labios rojos, habrá un momentos en que mi vida se esfumará de esta tierra y como un mártir escritor, deslumbrare con palabras en desacuerdo con sacrificio bien fingido, y con lágrimas que sólo quedan en los recuerdos y el olvido. Habrán momentos como este, incómodos, absurdos, incapaces de decir verdades más allá de las que se me están permitidas Habrán momentos felices y sin sabor, amargos y con el mejor de los disfrutes, habrán momentos simples, sucios, incorrectos pero serán momentos muy bien aprendidos. No tendré razones propias, no habrán necesidades falsas, no escribiré a la desesperación por causar del desorden de un amor, con pasos inmortales, piso y mido, me detengo a retar al olvido me grabo a mí mismo con un momento, como un momento muy bien vivido. Habrán Momentos Perdidos

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA DEPRESIÓN La depresión es una cuestión de total actualidad, un efecto de la época, de la cultura imperante, un nombre que se la ha dado a un trastorno que designa síntomas como fatiga, insomnio, tristeza, etc. y que la sola administración de fármacos no es suficiente para su tratamiento. La depresión neurótica es como un velo que cae sobre los sujetos, que permanecen ciegos en relación a los que les sucede, a sus verdaderos problemas, o bien no quieren saber nada de ellos. Prefieren creer en soluciones rápidas y/o milagrosas. Recurren a médicos que acallan lo que sucede y solo se quedan con la queja y en la descripción del malestar conocido sin poder poner remedio porque no encuentran el lugar donde deben ponerlo, porque le huyen a lo desconocido. ¿Por qué hay tantas consultas por depresión? La depresión es la gran enfermedad del siglo XX y del siglo XXI:Si bien el término depresión ha existido desde siempre, es recién en el siglo XX cuando toma una significación vinculada a lo psíquico. Las personas se mueven más en la dimensión de la exigencia que en la del deseo. El consumo actualmente excede las cosas materiales y se transforma en consumo de confort psíquico, salud . bienestar y estética (promesas ilusorias absorbida en forma de mandatos varios que bien se pueden ver en anuncios televisivos :Mensajes que prometen confort y felicidad… compre tal o cual cosa, que lo hará feliz o le devolvemos el dinero). Es decir que la exigencia incluye el bienestar emocional y la salud física. Es decir que el sujeto de nuestra época se encuentra atiborrado por el consumo de objetos y sepultado por los ideales que han devenido mandatos. El hiperconsumo de objetos (entre ellos, los fármacos en general y los antidepresivos en particular) no le procura el bienestar. Cuanto mayor es el consumo y la exigencia correspondiente de bienestar, más lejos se encuentran las personas de conseguirlo. Jacques Lacan sitúa la depresión en el registro de la COBARDÏA MORAL y la relaciona con el deber del bien-decir o de reconocerse en el inconsciente. En principio, se trata de una dimensión ética que debemos situar en el registro de la verdad subjetiva; no en el registro de una dimensión psicológica que permitiría acceder a una especie de adaptación a una "felicidad no responsable". La cobardía moral es no poder sostener el deseo, no poder anudar el deseo con su causa, no conducir la propia vida en el sentido en que uno quiere (sino por mandatos), no poder hacerse responsable de los propios actos. Aunque sostener el deseo no sea fácil (es más fácil entregarse al goce), la renuncia al deseo comporta un afecto depresivo, porque dicha renuncia se experimenta subjetivamente como culpa. El afecto depresivo surge cuando el sujeto no consigue hacerse amar por el propio ideal (Ideal del yo), puesto en el otro. El ser parlante que se caracteriza como un sujeto de deseo, por estructura tiene dificultad para hacerse cargo de su propio deseo. En el lugar de esta dificultad aparecen los síntomas. Este es el mapa de la neurosis. La época duplica esta dificultad propia del sujeto para hacerse con el deseo porque ofrece objetos que le brindan una satisfacción por fuera del deseo e invita a desconocer la relación con el deseo y el trabajo subjetivo que supone vincularlo a su causa perdida. El sujeto permanece abocado al goce, sin saberlo, pero experimenta malestar porque el superyó siempre pide más, este malestar se expresa en la queja por la supuesta responsabilidad del otro en sus padecimientos. Como el sujeto no puede hacerse responsable de sus actos, exige esta responsabilidad al otro (al partenaire, al médico, al Estado), exige una solución que sólo podría encontrar él mismo. J. Lacan plantea que los afectos engañan porque van a la deriva, que el único afecto que no engaña es la angustia (porque muestra la confrontación del sujeto con el deseo del Otro). El afecto depresivo no se puede resolver si no se pone "en causa". La depresión puede estar vinculada a una pérdida cuyo duelo no se termina de realizar. El sujeto, en lugar de admitir la pérdida del objeto y lo más propio que el objeto arrastró consigo, se ahoga en un estado depresivo que no lo confronta con lo que resulta insoportable asumir: la pérdida del objeto y la falta que queda de su lado. En este sentido la época ofrece el fármaco que brinda una "indiferencia narcótica" Frente a la dificultad para sostener el deseo, más allá de la pérdida de aquello que lo sostenía, el sujeto contemporáneo encuentra, paradójicamente, un refugio en la depresión. Encuentra un nombre que le permite identificarse y le da un lugar "soy depresivo" y, a la vez, lo fija a un malestar del cual goza sin poder saber nada. Cuál es la apuesta de un análisis? A que la persona que consulta puede tomar la palabra y pensar en relación a su historia, y lograr un cambio en su posición Introducir al sujeto en la dimensión de la palabra, darle un lugar donde reescribir su historia, donde pensar sus ideales, sus miedos, sus tristezas, sus afectos y su responsabilidad en relación a los acontecimientos que ha protagonizado y donde poder, en última instancia, recuperar algo de su dignidad humana (en contra de su "cosificación"). Cuando el sujeto puede pasar de la queja inicial a la interrogación en relación a lo que le sucede y queda de su lado en cuanto a lo que le toca vivir y a la conexión que eso tiene con su propia historia, la vivencia subjetiva cambia. El afecto depresivo comienza a diluirse y en su lugar aparecen otras cosas, más verdaderas: preguntas, dudas,, rabia. Una interrogación sobre la vida y el malestar en el que el sujeto buscará otros nombres, otras implicaciones que es, en definitiva, lo único que puede permitir una rectificación subjetiva, un cambio.

lunes, 23 de junio de 2014

Lectura para esta noche: Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por un sendero. Al pasar cerca de un árbol gigantesco, cayó un rayo, y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había dejado este mundo, y siguió caminando con sus dos animales (a veces a los muertos les lleva un tiempo ser conscientes de su nueva condición…) La caminata se hacía muy larga, colina arriba, el sol era de justicia, y todos terminaron sudados y sedientos. Necesitaban desesperadamente agua. En una curva del camino, avistaron una puerta magnífica, toda de mármol, que conducía a una plaza adoquinada con bloques de oro, en cuyo centro había una fuente de donde manaba un agua cristalina. El caminante se dirigió al hombre que guardaba la entrada: - Buenos días. ¿Qué lugar es éste, tan bonito? - Esto es el cielo. - Pues qué bien que hemos llegado al cielo, porque nos estamos muriendo de sed. - Usted puede entrar y beber toda el agua que quiera. - Mi caballo y mi perro también tienen sed. - Lo siento mucho, pero aquí no se permite la entrada de animales. Al hombre aquello le disgustó mucho, porque su sed era grande, pero no estaba dispuesto a beber él solo; dio las gracias y siguió adelante. Tras mucho caminar, ya exhaustos, llegaron a una finca que tenía por entrada una vieja portezuela que conducía a un camino de tierra, bordeado por árboles en sus dos orillas. A la sombra de uno de los árboles, había un hombre tumbado, con la cabeza cubierta con un sombrero, posiblemente durmiendo. -Buenos días – dijo el caminante.-Tenemos mucha sed, mi perro, mi caballo y yo. -Hay una fuente en aquellas piedras – dijo el hombre señalando el lugar -. Pueden beber cuanto les plazca. El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y mataron su sed. A continuación, regresó para dar las gracias. -A propósito, ¿cómo se llama este lugar? -Cielo. -¿Cielo? ¡Pero si el guarda de la puerta de mármol dijo que el cielo era allá! -Eso no es el cielo, es el infierno. El caminante se quedó perplejo. -¡Pero ustedes deberían evitar eso! ¡Esa falsa información debe causar grandes trastornos! El hombre sonrió: -De ninguna manera. En realidad, ellos nos hacen un gran favor. Porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a los mejores amigos…

domingo, 15 de junio de 2014

PAPÁ: NUNCA TERMINAMOS DE APRENDER Por César Lozano Papá, me das permiso para… Papá, qué opinas de… Papá, ¿por qué no? Papá, ¿por qué yo? Papá, no estoy de acuerdo… Por supuesto que nunca terminamos de aprender, los hijos se convierten en grandes maestros y cada día nos enseñan y ponen a prueba nuestra paciencia, nuestra prudencia y, sobre todo, nuestra capacidad de adaptación. Los tiempos cambian, los hijos también. Me sorprende constantemente la capacidad de amar que como padre tengo y que, puedo asegurar, cada día es más y ¡sin manual de procedimiento! Estoy seguro que tú, al igual que yo, a veces te preguntas si las decisiones que tomamos son las correctas, si los límites que aplicamos son suficientes o innecesarios y, sobre todo, si nuestra labor como guías será adecuada. La madre Teresa de Calcuta, cuyo nombre verdadero es Agnes Gonxha Bojax-hiu, fundadora de la Congregación de Misioneras de la Caridad en Calcuta y que durante más de 45 años atendió a pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, dijo lo siguiente: “El día a día esta formado por cientos de actos cotidianos que pasan desapercibidos para la mayoría de nosotros, pero que contribuyen de manera insospechada a que el mundo mejore o empeore. Pequeñas decisiones en todos los ámbitos de nuestro día que van configurando de manera silenciosa el futuro de la sociedad. No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor”. Esos pequeños actos son los que van moldeando el futuro de nuestros hijos. Siempre observan nuestras reacciones, nuestros enojos y nuestros reclamos. Analizan silenciosamente la manera en la que reaccionamos ante lo inesperado y sobre todo la forma en la que tratamos a quienes amamos y a quienes no soportamos. Los nuevos descubrimientos en el cerebro relacionados con la neuroplasticidad, nos dicen que las neuronas sí se pueden multiplicar y que podemos aprender constantemente nuevas formas de hacer las cosas e incluso aprender o re-aprender a tener paciencia, bondad e inteligencia en el control de todas las emociones que poco a poco nos separan de los demás. Olvidemos la teoría que, sin miramientos ni excepciones, decía: “árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza”, para cierta gente que sigue inmersa en el dolor y en la violencia, probablemente es mucho más difícil que se enderece, pero para quienes toman la firme determinación, sí es posible. Aprendemos y tomamos la decisión de cambiar como padres por varios motivos: 1. Porque han sido tantos los errores que hemos cometido, que al voltear hacia atrás, decides tomar acciones para cambiar. No estás de acuerdo con lo que ha pasado o con la forma en la que has tratado a tus hijos, por los pésimos resultados que has obtenido. Como lo dijo Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos ¿por qué seguir haciendo lo mismo?” O como lo dijo Shakespeare: “El pasado es sólo un prólogo. Tu pasado no es tu futuro, tu presente es tu futuro”. 2. Aprendemos y cambiamos cuando conocemos o admiramos a quienes queremos imitar, igualar e incluso superar. Bertrand Russell dijo: “La mejor prueba de que algo puede hacerse es que antes alguien ya lo hizo”. Las personas verdaderamente inteligentes tienen la humildad de aprender de la experiencia de los demás. Incluyo aquí a quienes se llenan de la sabiduría que los libros aportan. Películas con historias donde los protagonistas han sido los padres que logran sacar la casta y la actitud positiva ante las adversidades. ¿Quién no recuerda la maravillosa película La vida es bella, escrita, dirigida y protagonizada por Roberto Benigni?, quien en forma conmovedora nos transmitió el mensaje de fortaleza que un padre tiene hasta el final de su vida, haciendo hasta lo imposible por evitar el sufrimiento de su pequeño hijo en un campo de concentración. 3. También existen quienes cambiamos para bien cuando simplemente lo decidimos. Tomamos la rienda de nuestra vida para mejorarla. Por simple convicción, por amor y por esas ganas que todos tenemos en el fondo de nuestro corazón de querer trascender. Mención aparte merecen todas esas mujeres que, ante la ausencia de un padre por diferentes razones, toman la firme determinación de educar, formar y amar a sus hijos. Lo que más he aprendido en esta maravillosa experiencia de ser padre es que no se ven los mejores resultados en forma inmediata. Recordemos papás, que se plantan las semillas hoy y se recogen los frutos mañana y que la paciencia la prudencia y la inteligencia pueden hacer milagros. El segundo regalo más grande que le podemos dar a nuestros hijos es la disciplina, el primero es el amor. ¡Feliz día del padre!

viernes, 13 de junio de 2014

Una vez superadas exaltaciones y ensoñaciones, calmadas y aprendidas las pasiones de las primeras relaciones, dejado atrás lo que no fue y guardándolo sin rencores, gastadas las falsedades y maduradas las voluptuosidades. Una vez asimilada y corregida la falta de experiencia, encontrada en el día a día la ratificación ya sin ausencias, de que el querer a alguien es la más definitiva de las pruebas, al mostrarse ante el otro tal y como uno mismo se conserva, al comprobar que lo que uno da es lo que al final uno se lleva. Una vez diluidas entre fuentes de sinceridad las diferentes fantasías, por querer hacer un proyecto real con y de nuestras vidas, en el que uno sabe ofrecer cuando el otro más lo necesita, en el que de lo que se trata es de no llenarse de sensaciones vacías, de crear el propio camino sin dejar de lado las otras expectativas. Una vez ganada y exigida la propia independencia, respetadas las distancias cuando ésta nos lo sugiera, abandonada la idea de que sino se comparten todas las vivencias, acaba por marchitar lo que antes crecía por propia inercia, más de un destino ha dejado a otro por exceso de absorbencia, aprender a dejar tiempos muertos para renovar así viejas sorpresas. Una vez recordada la evolución de las diferentes situaciones, en las que la naturalidad vence a lo forzado sin limitaciones, en las que uno más uno excede a lo que por separado se pretende, en las que no hay más obstáculos que juzgar sin mirarse antes la frente, que reaccionar a la primera devolviéndonos así disparidades ingentes. Una vez rota la costumbre de rodearse siempre de escudos, de querer tener siempre razón por no traicionar al orgullo, de ceder al otro las deudas que no zanjamos en nuestro rumbo, de negar la realidad cuando lo que sucede no es de nuestro gusto, de ostentar con palabras los que debieran ser nuestros propios asuntos. Una vez aclaradas las ideas en cada uno de estos puntos, es cuando empieza el inicio del verdadero aprendizaje, no dejar al azar lo que tenemos que poner de nuestra parte, sólo hay un secreto y esto es lo que su interior contiene, para aprender a querer hay qu

"Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. Y uno aprende que el AMOR no significa acostarse. Y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que, si es demasiado, hasta el calor del Sol puede quemar. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno es realmente fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y así cada día... Con el tiempo aprendes que estar con alguien, porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado... Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad... Con el tiempo te das cuenta de que si estás con una persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla... Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados y que quien no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de falsas amistades... Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira siguen hiriendo durante toda la vida... Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es atributo sólo de almas grandes... Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, es muy probable que la amistad jamás sea igual... Con el tiempo te das cuenta que aún siendo feliz con tus amigos, lloras por aquellos que dejaste ir... Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible... Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá multiplicada las mismas humillaciones o desprecios... Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el sendero del mañana no existe… Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen, ocasiona que al final no sean como esperabas... Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante... Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás a los que se marcharon... Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, pues ante una tumba ya no tiene sentido... Pero; desgraciadamente, sólo con el tiempo..." Jorge Luis Borges

Ella se cansado de tirar la toalla, Se va quitando poco a poco telarañas, No ha dormido ésta noche, pero no está cansada, No mira ningún espejo, pero se siente to’ guapa… Hoy ella se puesto color en las pestañas, Hoy le gusta su sonrisa, no se siente una extraña, Hoy sueña lo que quiere, sin preocuparse por nada, Hoy es una mujer, que se da cuenta de su alma… Hoy vas a descubrir, que el mundo es sólo para ti, Que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño, Hoy vas a comprender, Que el miedo se puede romper con un sólo portazo… Hoy vas a hacer reír, Porque tus ojos se han cansado de ser llanto, de ser llanto… Hoy vas a conseguir, Reírte hasta de ti y ver que lo has logrado que… Hoy vas a ser la mujer, Que te dé la gana de ser, Hoy te vas a querer, Como nadie te sabido querer, Hoy vas a mirar pa’lante, Que pa’ atrás ya te dolió bastante, Una mujer valiente, una mujer sonriente, Mira como pasa… Hoy nació la mujer perfecta que esperaban, Ha roto sin pudores las reglas marcadas, Hoy ha calzado tacones, para hacer sonar sus pasos, Hoy sabe que su vida, nunca más será un fracaso… Hoy vas a descubrir, que el mundo es sólo para ti, Que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño, Hoy vas conquistar el cielo, Sin mirar lo alto que queda del suelo, Hoy vas a ser feliz, Aunque el invierno sea frío y sea largo, y sea largo… Hoy vas a conseguir Reírte hasta de ti y ver que lo has logrado… Hoy vas a descubrir, que el mundo es sólo para ti, Que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño, Hoy vas a comprender, Que el miedo se puede romper con un sólo portazo... Hoy vas a hacer reír, Porque tus ojos se han cansado de ser llanto, de ser llanto, Hoy vas a conseguir, Reírte hasta de ti y ver que lo has logrado…

martes, 10 de junio de 2014

Matando nuestros sueños El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo. Las personas más ocupadas que he conocido en la vida siempre tenían tiempo para todo. Las que nada hacían estaban siempre cansadas, no conseguían realizar el poco trabajo que tenían y se quejaban constantemente de que el día era demasiado corto. En realidad, tenían miedo de enfrentarse con el Buen Combate. El segundo síntoma de la muerte de nuestros sueños son nuestras certezas. Porque no queremos ver la vida como una gran aventura para ser vivida. Comenzamos a creernos sabios, justos y correctos en lo poco que le pedimos a la vida. Miramos más allá de las murallas de nuestra cotidianidad y oímos el ruido de las lanzas que se quiebran, el olor del sudor y de la pólvora, las grandes caídas y las miradas sedientas de conquista de los guerreros. Pero nunca sentimos la alegría, la inmensa alegría presente en el corazón de quien está luchando, porque para ellos no importan ni la victoria ni la derrota, importa sólo participar del Buen Combate. Finalmente, el tercer síntoma de la muerte de nuestros sueños es la paz. La vida se convierte en una tarde de domingo y ya no nos pide grandes cosas, ni exige más de lo que queremos dar. Entonces creemos que somos maduros, dejamos de lado las fantasías de la infancia y alcanzamos nuestra realización personal y profesional. Nos sorprende cuando alguien de nuestra edad dice que aún quiere esto o aquello de la vida. Pero en realidad, en lo más profundo de nuestro corazón, sabemos que lo que sucede es que renunciamos a luchar por nuestros sueños, a librar el Buen Combate. Cuando renunciamos a nuestros sueños y encontramos la paz, tenemos un pequeño periodo de tranquilidad. Pero los sueños muertos comienzan a pudrirse dentro de nosotros e infectan todo el ambiente en que vivimos. Comenzamos a ser crueles con los que nos rodean y, finalmente, dirigimos esa crueldad contra nosotros. Surgen las enfermedades y las psicosis. Lo que queríamos evitar en el combate —la decepción y la derrota— se convierte en el único legado de nuestra cobardía. Y un bello día, los sueños muertos y podridos vuelven el aire difícil de respirar y comenzamos a desear la muerte, la muerte que nos libera de nuestras certezas, de nuestras ocupaciones y de aquella terrible paz de las tardes de domingo. _________________

Jamás me he llevado bien con las cursilerías, con los “te amo” demasiado empalagosos ni con los besos exageradamente apasionados. Nunca me he jactado de ser demostrativa, como un vidrio empañado, a duras penas dejo entrever lo que siento. Mis manos nunca aprendieron el recorrido de una caricia, ni mis labios las palabras precisas para confesar lo feliz que me hace despertar atrapada en la red de tus brazos, ni la sensación de protección que me dan tus piernas cuando abrigan mis pies siempre helados. No me juzgues de insensible porque las lágrimas se mantienen amotinadas detrás de mis parpados. Simplemente debes entender que no soy como todas las demás, que mi cuerpo no está formado por células, sino por palabras, que mi sangre es de tinta, que mis pensamientos son turbios y muchas veces sin sentido. Debes comprender que beso con poemas, que abrazo con versos, que lloro canciones, que rio poesía. Es imperioso que sepas que mis huesos son frases rotas, que mi soledad es una gran hoja en blanco en la que no hay más que dolor, que mi amor es puro, es antiguo, es como los de antes. Que le temo a la noche, que amo la lluvia que escribe sobre la ventana lo que no me atrevo a decir, que el pasto recién cortado me inunda de paz, que en el agua de tu mirada se ahogan mis fantasmas, que soy más amiga de la muerte que de la vida, que sé mucho de penas, que a veces supuro olvidos. Debes ser consciente que mi tiempo no es el de los relojes, que me escondo detrás de un escudo de altanería para que nadie borre lo poco de esencia que me queda, que no se mucho de felicidad, que soy muy mala aprendiz… Pero sobre todo (y a pesar de todo), tienes que estar convencido de que te amo, y que a diario me esfuerzo por, al menos, insinuarlo.

Amar a un ser humano. Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá des sus máscaras y sus defensas; contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanza y alegrías , su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni en sí mismo; es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la VIDA. Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin representar el papel del que nada necesita; es aceptar con gusto lo que te brinda sin exigir que te de lo que no puede o no desea; es agradecerle a la Vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición en tu sendero; es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el último que puedes compartir con el otro, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa. Amar a un ser humano es también atreverse a establecer tus propios límites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que consideras tus derechos personales; es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido y puedas manifestar lo que molesta o incomoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y armonía, de tal manera que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos. Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como un expresión del Hombre, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada ³ser humano´, de la cual tú formas parte; es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las facetas luminosas y radiantes de la humanidad, como sus lados oscuros y sombríos; amar a un ser humano en realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, y por tanto, amar a un ser humano es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.—

jueves, 5 de junio de 2014

El instante mágico Es necesario correr algunos riesgos. Sólo entendemos adecuadamente el milagro de la vida cuando permitimos que lo inesperado se manifieste. Todos los días Dios nos da – junto con el sol – un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. Todos los días intentamos fingir que no vemos este momento, que no existe, que hoy es igual que ayer y mañana será igual que hoy. Pero el que presta atención descubre el instante mágico. Puede esconderse en el momento de meter la llave en la cerradura por la mañana, o en el silencio que sigue a la cena, o en cualquiera de las mil y una cosas que nos parecen repetidas. Ese momento existe – un momento en el que toda la fuerza de las estrellas nos atraviesa y nos permite hacer milagros. La felicidad es a veces un don, pero generalmente es una conquista. El instante mágico nos ayuda a cambiar, nos empuja en la dirección de nuestros sueños. Vamos a sufrir, vamos a pasar por momentos difíciles, vamos a enfrentar muchas desilusiones, pero todo eso es pasajero, inevitable, y acabaremos enorgulleciéndonos de las marcas señaladas por todos los obstáculos. En el futuro, podremos mirar hacia atrás con orgullo y fe. Pobre del que tuvo miedo de correr riesgos. Porque tal vez no se decepcione nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra como los que tienen un sueño que cumplir. Pero cuando mire hacia atrás – porque siempre se acaba mirando hacia atrás – va a escuchar a su corazón diciendo: “¿Qué hiciste con los milagros que Dios sembró a lo largo de tus días? ¿Qué hiciste con los talentos que tu Maestro te confió? Los enterraste bien hondo en una fosa, porque tenías miedo de perderlos. Por lo tanto, esta es tu herencia: la certeza de que desperdiciaste tu vida”. Pobre del que llega a escuchar estas palabras. Porque entonces creerá en los milagros, pero los instantes mágicos de su vida ya habrán pasado. Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día, y que aún existe en nuestro interior. Este niño sabe de instantes mágicos. Podemos sofocar su llanto, pero no podremos acallar su voz. Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con la inocencia y el entusiasmo de la infancia, la vida deja de tener sentido. Existen muchas maneras de suicidarse. Los que intentar asesinar su cuerpo ofenden a la ley de Dios. Los que procuran matar su alma también ofenden a la ley de Dios, aunque su crimen resulte menos visible a los ojos de los hombres. Pongamos atención en lo que nos dice el niño que llevamos guardado en el pecho. No nos avergoncemos por su causa. No debemos dejar que tenga miedo por estar solo o porque casi nunca lo escuchamos. Vamos a permitir que tome un poco las riendas de nuestra existencia. Este niño sabe bien que cada día es diferente del anterior. Vamos a hacer que se sienta nuevamente querido. Vamos a agradarlo, aunque eso signifique actuar de maneras algo insólitas para nosotros mismos, aunque los demás consideren que estamos haciendo tonterías. Recuerden que la sabiduría de los hombres Dios la ve como locura. Si escuchamos al niño que tenemos en el alma, nuestra mirada volverá a brillar. Si no perdemos el contacto con este niño, no perderemos el contacto con la vida. ¡Vivamos todos los instantes mágicos! Amor (Alma Gemela) Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en el medio del desierto o en medio de una gran ciudad. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierden completamente su importancia y sólo existe aquel momento y aquella increíble seguridad de que todas las cosas debajo del sol fueron escritas por la misma Mano. La Mano que despierta el amor y que hizo un alma gemela para cada persona que trabaja, descansa y busca tesoros debajo del Sol. Porque sin esto, no tendrían ningún sentido los sueños para la raza humana.

miércoles, 4 de junio de 2014

obsesión llega y dice: “A partir de ahora, tu destino me pertenece. Haré que busques cosas que no existen. ”Tu alegría de vivir me pertenece también. ‘Porque tu corazón ya no tendrá paz, porque estoy expulsando al entusiasmo y ocupando su lugar. ”Dejaré que el miedo se esparza por el mundo, y tú siempre estarás aterrorizado, sin saber por qué. No necesitas saberlo: lo que necesitas es seguir aterrorizado, y así alimentar el miedo cada vez más. ”Tu trabajo, que antes era una Ofrenda, está ahora poseído por mí. Los demás dirán que tú eres un ejemplo, porque te esfuerzas más allá del límite, y tú sonreirás a tu vez y agradecerás el cumplido. ”Pero en tu corazón, yo estaré diciéndote que todo tu trabajo es ahora mío, y servirá para apartarte de todo y de todos: de tus amigos, de tu hijo, de ti mismo. ”Trabaja más, para que no puedas pensar. Trabaja más de la cuenta, para que dejes de vivir por completo. ”Tu Amor, que antes era la manifestación de la Energía Divina, también me pertenece. ‘Y esa persona a la que amas no se podrá apartar un momento siquiera, porque yo estoy en tu alma diciendo: ‘Cuidado, puede irse y no volver’. ”Tu hijo, que antes debería seguir su propio camino en el mundo, ahora pasará a ser mío. ‘Así, haré que lo rodees de cuidados innecesarios, que mates su gusto por la aventura y por el riesgo, que lo hagas sufrir cada vez que él te desagrade o te provoque sentimientos de culpa porque no correspondió a todo lo que tú esperabas de él”. Por lo tanto, aunque la ansiedad sea parte de la vida, nunca dejes que ella controle tus movimientos. Si se acercara demasiado, dile: “No me preocupa el día de mañana, porque Dios ya está ahí, esperándome”.

Queda prohibido llorar sin aprender, levantarte un día sin saber qué hacer, tener miedo a tus recuerdos. Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que querés, abandonarlo todo por el miedo. No convertir en realidad tus sueños. Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus dudas y malhumor. Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar comprender lo que vivieron juntos, llamarles solo cuando los necesitas. Queda prohibido no ser tú ante la gente, fingir ante las personas que no te importan, hacerte el gracioso con tal de que te recuerden, olvidar a toda la gente que te quiere. Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro. Queda prohibido echar a alguien de menos; olvidar sus ojos, su risa. todo porque sus caminos han dejado de abrazarse, olvidar su pasado y pagarlo con su presente. Queda prohibido no intentar comprender a las personas. Pensar que sus vidas valen mas que la tuya, no saber que cada uno tiene su camino y su dicha. Queda prohibido no crear tu historia, dejar de dar las gracias a Dios por tu vida, no tener un momento para la gente que te necesita. No comprender que lo que la vida te da, también te lo quita. Queda prohibido no buscar tu felicidad, no vivir tu vida con una actitud positiva, no pensar en que podemos ser mejores, no sentir que sin ti este mundo no sería igual".

martes, 3 de junio de 2014

Manual para subir montañas 1. Escoge la montaña que deseas subir: no te dejes llevar por los comentarios de los demás, que dicen “esa es más bonita”, o “aquella es más fácil”. Vas a gastar mucha energía y entusiasmo en alcanzar tu objetivo, y por lo tanto eres tú el único responsable y debes estar seguro de lo que estás haciendo. 2. Saber como llegar frente a ella: muchas veces, vemos la montaña de lejos, hermosa, interesante, llena de desafíos. Pero cuando intentamos acercarnos, ¿qué ocurre? Que está rodeada de carreteras, que entre tú y tu meta se interponen bosques, que lo que parece claro en el mapa es difícil en la vida real. Por ello, intenta todos los caminos, todas las sendas, hasta que por fin un día te encuentres frente a la cima que pretendes alcanzar. 3. Aprende de quien ya caminó por allí: por más que te consideres único, siempre habrá alguien que tuvo el mismo sueño antes que tú, y dejó marcas que te pueden facilitar el recorrido; lugares donde colocar la cuerda, picadas, ramas quebradas para facilitar la marcha. La caminata es tuya, la responsabilidad también, pero no olvides que la experiencia ajena ayuda mucho. 4. Los peligros, vistos de cerca, se pueden controlar: cuando empieces a subir la montaña de tus sueños, presta atención a lo que te rodea. Hay despeñaderos, claro. Hay hendiduras casi imperceptibles. Hay piedras tan pulidas por las tormentas que se vuelven resbaladizas como el hielo. Pero si sabes dónde pones el pie, te darás cuenta de los peligros y sabrás evitarlos. 5. El paisaje cambia, así que aprovéchalo: claro que hay que tener un objetivo en mente: llegar a lo alto. Pero a medida que se va subiendo, se pueden ver más cosas, y no cuesta nada detenerse de vez en cuando y disfrutar un poco del panorama de alrededor. A cada metro conquistado, puedes ver un poco más lejos; aprovecha eso para descubrir cosas de las que hasta ahora no te habías dado cuenta. 6. Respeta tu cuerpo: sólo consigue subir una montaña aquél que presta a su cuerpo la atención que merece. Tú tienes todo el tiempo que te da la vida, así que, al caminar, no te exijas más de lo que puedas dar. Si vas demasiado deprisa, te cansarás y abandonarás a la mitad. Si lo haces demasiado despacio, caerá la noche y estarás perdido. Aprovecha el paisaje, disfruta del agua fresca de los manantiales y de los frutos que la naturaleza generosamente te ofrece, pero sigue caminando. 7. Respeta tu alma: no te repitas todo el rato “voy a conseguirlo”. Tu alma ya lo sabe. Lo que ella necesita es usar la larga caminata para poder crecer, extenderse por el horizonte, alcanzar el cielo. De nada sirve una obsesión para la búsqueda de un objetivo, y además termina por echar a perder la escalada. Pero atención, tampoco te repitas “es más difícil de lo que pensaba”, pues eso te hará perder la fuerza interior. 8. Prepárate para caminar un kilómetro más: el recorrido hasta la cima de la montaña es siempre mayor de lo que pensabas. No te engañes, ha de llegar el momento en que aquello que parecía cercano está aún muy lejos. Pero como estás dispuesto a llegar hasta allí, eso no ha de ser un problema. 9. Alégrate cuando llegues a la cumbre: llora, bate palmas, grita a los cuatro vientos que lo has conseguido, deja que el viento allá en lo alto (porque allá en la cima siempre hace viento) purifique tu mente, refresca tus pies sudados y cansados, abre los ojos, limpia el polvo de tu corazón. Piensa que lo que antes era apenas un sueño, una visión lejana, es ahora parte de tu vida. Lo conseguiste. 10. Haz una promesa: aprovecha que has descubierto una fuerza que ni siquiera conocías, y dite a ti mismo que a partir de ahora, y durante el resto de tus días, la vas utilizar. Y, si es posible, promete también descubrir otra montaña, y parte en una nueva aventura. 11. Cuenta tu historia: sí, cuenta tu historia. Ofrece tu ejemplo. Di a todos que es posible, y así otras personas sentirán el valor para enfrentarse a sus propias montañas.

Cerrando círculos Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. ¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente “revolcándote” en los porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste ya a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento. El prender “tu televisor personal” para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte. La vida está para adelante, nunca para atrás. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelvan. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio. Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo.

Espejo de mi Alma Yo se cuánto por un amor que no fue, tú has sufrido Por un amor de esos, que se les llama perdido Yo se cuanto el corazón herido, destrozado hasta el desvelo paso noches enteras, llorando sin tener ningún consuelo Yo se cuantas veces en soledad, pensaste tu vida terminar porque la angustia te invadía , oscureciendo tu pensar porque perdiste la brújula, porque perdiste la razón porque no quedaban ilusiones, en tu pobre corazón Yo se lo que te ha costado, cada día despertar te abrazaban las sabanas, no te querían soltar pese a no haber dormido, ni tus lagrimas secar no tenías las ganas para levantarte y andar Yo se cuánto has sufrido, yo conozco tu dolor de ver que te están hablando, y no prestar atención de querer quedarte solo, solo con tu corazón para decirle al oído, no hay esperanza ni ilusión Yo se lo que has sufrido, yo se que volverás amar olvidándote de todo, lo que tuviste que llorar despertando a la mañana con ganas de caminar ilusionado a la vida, la sonrisa de par en par Yo se que estás enamorada que tu corazón volvió amar se nota en tu alegría, en tu forma de caminar en cada latido de alegría que retumba sin parar en tu mirada brillosa, que solo el amor puede dar Yo se lo feliz que eres, cuanta alegría me da porque no te merecías estar triste por amar Porque sabía que podías, que te ibas a enamorar porque sabía que podías volver en el amor a confiar Yo te veo tan contenta, que lloro de la emoción Nos merecemos estar felices, estar felices las dos gracias espejo del alma, por acompañarme en el dolor gracias espejo del alma, por acompañarme en el amor.