Leí por ahí una maldición árabe: OJALÁ TE ENAMORES!...
Ojalá... digo yo, y ojalá vivas, y sientas, y caigas, y te levantes, y sentencies tu vida a estar un rato loco, al otro, cuerdo, al otro, sentirte sin escapatoria o sin salida, y al segundo, queriendo tirar todo abajo de tu mundo; y ojalá temas, y ojalá arremetas, y ojalá descubras que solamente con esos sacudones es como te descubres... cómo te emocionas, cómo se te retuercen las mariposas en la panza ante tanta incertidumbre en el día a día...
Y es que el amor se construye así, un poco tú con lo tuyo, un poco yo con lo mío... con soles y lluvias en el alma... para no caer en la rutina, pues lo rutinario acostumbra, y de costumbres nos pasamos transcurriendo la vida, hasta que se nos hace tan plana, que se nos cuela la melancolía por una hendija.
Ojalá que sientas en tus entrañas, que estás colmado de vida... y que nada hay seguro, sólo este rato en que respiras...
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