No pretendo que me entiendas, porque ni yo misma lo hago. No pretendo que llores conmigo, eso sería injusto. Me basta con que no huyas, me basta con que te quedes, que sepas que a veces me da por ser niña y río y juego. Y mis dedos toman vida y recorren las paredes haciendo malabares. Que sepas que a veces soy viejita y achacosa y lloro o me quedo quieta, muy quieta. Y otras veces soy joven y exploto, grito y me quiero comer el mundo en un mordisco y me hago grande, grande, tanto que me pierdo. Que todas soy yo. Que todas soy yo, amándote a destiempo, en frecuencias diferentes, en momentos que pasan y no se detienen… Basta con que te quedes.”
"Mirándola con otros ojos", Mercedes Reyes Arteaga
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