“Amanecí bonita. Nada que ver con soberbia, vanidad o narcisismo, pues soy todo lo contrario, pero el día de hoy desperté y adentro ya no llovía —pensé que sería un problema porque el cuerpo se acostumbra a los grados bajo cero que deja la soledad, y es que a mí eso de los cambios nunca se me ha dado bien, hasta hoy, que amanecí bonita—. Es esa cosa que sientes cuando la vida respira y decide dejar de ahogarte, y entonces tú le sonríes como si gracias a ello pudieses ahora nadar, que luego de la tormenta vienen un montón de charcos y que en lugar de saltarlos hay que bailar sobre ellos.”
— Estefanía Mitre
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