MADRE
Me van pasando los años
y
un día dejaré de ser,
mientras tanto seguiré evocando
los hermosos recuerdos
de esa infancia juguetona que pasé.
Aunque de joven fui rebelde,
para mal o para bien,
atrapado en la bebida
y
el placer;
la experiencia juvenil
es el tesoro más valioso que guardé.
De esa época de sombras
y
pendencias,
fue grande la enseñanza,
gracias a las bondades
y
consejos
que me brindara mi madre
al comienzo en mi crecer.
Reciclando aquellos tiempos
en el regazo pueblerino,
en donde un día mi arte revelé...
aprendí a enfrentar la vida
y
no retroceder.
Esa ha sido la añoranza más grandiosa
que de mi vida atesoré,
evocando la silueta de mi vieja
reclinada sobre la mesa,
diseñando los vestidos,
para luego confeccionarlos
en su máquina de coser.
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